¿Puerto Rico en la Copa?

Como muchos, he estado disfrutando de la Copa Mundial de Fútbol en estos días.  Por eso es entendible el haber visto el siguiente artículo y la pregunta que plantea:

“Qué tan cerca está Puerto Rico de clasificar a una Copa Mundial de fútbol?” (endi.com, 27 noviembre 2022)

De hecho, admito un total desconocimiento de nuestra liga de fútbol… así que me puse a investigar.  Aunque conocía de la existencia de la Liga de Fútbol Puertorriqueña (“Puerto Rico Soccer League”, y sus siglas PRSL en inglés), desconocía de la “Federación Puertorriqueña de Fútbol” (FPF).

Descubrí sobre la existencia de catorce (14) equipos en nuestra liga, y que pertenecemos a la CONCACAF (“Confederation of North, Central America and Caribbean Association Football”), una de las seis organizaciones continentales bajo la FIFA (“Federación Internacional de Fútbol Asociación”).

Lamentablemente, también descubrí que actualmente existe una riña entre la PRSL y la FPF, en la cual no voy a entrar. 

Suficiente con mencionar que no me sorprende.  Me recuerda la siguiente parábola de la paila llena de jueyes:

¿Cómo se distingue una paila de jueyes puertorriqueños de otras pailas con jueyes de otros países? 

Sencillo.  Los jueyes de otros países se trepan uno encima del otro hasta llegar al borde de la paila, de donde se agarra uno y hala los demás para ayudarlos a salir.

En la paila de jueyes puertorriqueños, cada vez que un juey se trepa encima de otro, los demás lo halan pa’ bajo.  De esa forma ninguno logra salirse de la paila.

¿Qué tan cerca está Puerto Rico de clasificar a una Copa Mundial de Fútbol?  ¿Realísticamente?  Muy, muy, muy lejos.  No porque Puerto Rico no tenga el talento deportivo.  Está comprobado que en el beisbol, baloncesto, boxeo, entre otros… sobresalimos más que proporcionalmente, considerando nuestro tamaño geográfico y población.

Como siempre, nuestro problema es la política, los egos, y la inhabilidad de todos de “remar en sincronización.”  No sé si es cultural, o qué otra razón podría haber. 

Lo cierto es que es predecible, y nos afecta en todos los ámbitos de nuestra vida.