Somos bendecidos de vivir en una isla como Puerto Rico, con su clima tropical, su belleza natural, y una cultura llevadera. A los que hemos nacido o hemos sido criados aquí, nos llama la isla cada vez que nos ausentamos temporeramente. Si nos mudamos de Puerto Rico, eventualmente nos da ese “homesickness” de echar de menos nuestra isla. Dado esto, sería lógico asumir que como pueblo hacemos todo lo posible para preservar la isla y nuestra calidad de vida en ella. Increíblemente, no es así.
Por dónde empezar… hay tantas áreas de ejemplo. En el ambiente… ¿Cuántas décadas más van a pasar antes de que nos concienticemos sobre el medio ambiente? Recuerdo todas aquellas campañas fallidas como “Pítale a la Basura”, etc., creadas con buenas intenciones, pero fracasos totales. ¿Cuántas décadas más tenemos que sufrir hasta que nosotros mismos adoptemos la mentalidad que curiosamente adoptamos obligatoriamente cuando visitamos o vivimos en Estados Unidos? Todos sabemos del puertorriqueño que felizmente tira la basura a la calle en Puerto Rico, pero no se atreve ni tirar el hielo del vaso en una calle de Estados Unidos. ¿Y por qué?
Todos nos quejamos de esto, pero… ¿Qué podemos hacer? Claro, el gobierno tiene que poner de su parte. Si de nosotros mismos no sale la iniciativa para mantener a Puerto Rico limpio, entonces el gobierno tiene que hacer valer la ley. Patrullaje, multas a “tutiplén”, para que la gente se dé cuenta que esto es en serio, mi hermano. Pero esto no se debe detener ahí. Hay que proveer los medios para que el ciudadano coopere. ¿Tienes un negocio de comida “come-y-vete”? Pues tienes que proveer suficientes recipientes de basura para el público. Y mantenerlos limpios y vacíos consistentemente. En las playas, suficientes recipientes de basura, de nuevo mantenidos limpios y vacíos. El retrato del zafacón de basura en una playa con la basura desbordándose alrededor es muy común. ¿Actividad pública? No hay permisos otorgados hasta que el recogido de basura se haya planificado propiamente.
Pero esto no va a mejorar de verdad hasta que la mentalidad de nosotros los mismos puertorriqueños no cambie. Lamentablemente este es el factor de mayor dificultad de corregir. ¿Por qué? Se llama ciclo vicioso. Generaciones criadas por padres que tiran el vaso o la lata por la ventana del carro, y el nene en el asiento de atrás lo ve, y concluye que eso está bien. El nene crece y tiene sus propios nenes, y se repite la historia. ¿Cómo corregir esto? Hasta ahí llegó mi bolita de cristal. Ojalá tuviera la varita mágica para romper ese ciclo vicioso. Pero hasta ahora no se me ocurre nada.
Lo cierto es que tenemos como pueblo que generar un mayor orgullo propio y en nuestra isla. Quizás promover concursos entre calles, urbanizaciones, o municipios. Pero por favor, nada de “slogans.” Somos locos con los “slogans”, pero terminan siendo pintura y capota nada más. Hacen falta mentes brillantes que ataquen este problema, el cual es sintomático de problemas más graves que tiene este país. Un país sin orgullo propio tiene otros problemas en adición.
Se los dejo para sus ideas y comentarios.
Lo que yo encuentro curioso es que muchas veces son los más “patriotas” con las banderas de P.R. en los carros los que se ven tirando las cajitas del “fast food” por la ventana. Esos que supuestamente son los más orgullosos que están de ser puertorriqueños…
Exacto. Es un patriotismo falso, basado en nada concreto. Es muy facil abrazar la bandera y llamarse “boricua.” Es más dificil dar un buen ejemplo, especialmente a nuestros hijos y la generación que viene subiendo. De alguna forma hay que romper ese ciclo vicioso.
Educacion Desde Escuela Elemental, Leyes Con Multas Grandes, Tecnologia De Seguimiento a Las Multas. estos son algunos de los subtitulos que debemos elaborar para tratar de mejorar la situacion….a continuacion.
Gracias por tus comentarios, Alex. Definitivamente todas son medidas que nos ayudarian a mejorar como pueblo en cuanto a no tratar la isla como un gigante zafacón. Abundaremos sobre esto en futuros artículos.