Crianza: Ayer y Hoy

Hace poco vi algo en mi Facebook sobre el auge de restaurantes que han cambiado sus reglas y no permiten niños.  No tanto aquí, sino en otros países.  Por primera vez vi el término “niñofobia.”

Esto me inspiró a escribir sobre un tema que siempre he tenido en mente.  Se trata de las diferencias en la crianza y disciplina a través de los años.

Primero, es triste cuando un negocio llega al punto donde prohíbe la entrada de clientes con niños.  A la misma vez, debe ser una medida de desesperación, porque están conscientemente eliminando parte de una clientela.  Sin embargo, también he leído donde algunos de estos sitios han aumentado sus ventas luego de implantar esta regla.  ¿Cómo explicar todo esto?

Bueno, recuerdo cuando niño salíamos a restaurantes y nunca hubo ningún problema.  Yo y mis hermanos teníamos claro que se esperaba un buen comportamiento en todo momento, pero especialmente cuando estábamos en sitios públicos, donde nuestro comportamiento podría afectar el ambiente de otras personas.

Hoy en día, el concepto de la disciplina ha cambiado.  El niño ya no es inquieto, mal portado, y necesitado de un buen regaño de vez en cuando.  Ahora tiene ADD, ADHD, ODD, CD, o cualquiera de un sinnúmero de acrónimos disponibles.  Antes uno le decía al niño cómo se tenía que portar, especialmente en un sitio público.  Ahora hay que… “negociar” con el niño.  Antes los regaños los daba el padre o la madre.  Ahora los delegan a los pobres meseros para que estos sean “los malos de la película.”  Dios libre que el padre o la madre tenga que regañar a su propio hijo.  Mejor echarle al cuco del mesero.

Ejemplos de la vida real.  Un niño entra en una casa modelo donde tienen un piano en la sala.  El niño procede a caerle a puños al piano, para el “deleite” de todos ahí, en especial las pobres personas a cargo de la casa modelo.  Cuando un pariente intenta regañar al niño, la madre le dice… “Ay, no le quites la creatividad.”

Otro ejemplo.  En un restaurante en una actividad familiar, un grupo de hermanitos corriendo y gritando como salvajes por el restaurante sin que nadie les haga el menor caso.  Hasta que finalmente una clienta en otra mesa pide en tono de desesperación y frustración… “¡Pónganle vergüenza a esos niños!”

Estos incidentes pasan a diario, por lo cual no podemos sorprendernos cuando restaurantes acuden a la regla desesperada de no admitir niños. 

Mi esposa y yo, hace muchos años tuvimos que irnos de un restaurante porque nuestra bebé comenzó a llorar y no paraba.  Para ese tiempo no teníamos a nadie con quien dejarla, y finalmente decidimos cancelar la orden y salir del negocio.  Creo que todo el mundo ahí nos lo agradeció. 

El criar niños ha cambiado totalmente.  Lo que antes era una buena nalgada a tiempo, ahora es abuso de menores.  Ya no se regaña.  Hay que “negociar” con niños de 4 años.  “Si te portas bien, luego te compro un juguete.”  A mí no me daban esa alternativa.  Es más fácil dejar que los niños corran y destruyan propiedad ajena como salvajes, y esperar que el mesero los regañe, que hacer uno mismo el trabajo que le corresponde.

Mientras tanto, el torrente de acrónimos sigue creciendo.  No tengo nada en contra de diagnósticos hechos por profesionales de la salud, por supuesto.  Pero… ¿Cómo es que los de mi generación sobrevivimos y echamos pa’lante… y criamos nuestros propios hijos exitosamente sin tanta complicación y burocracia? 

Para terminar, necesitamos retomar los valores de antes, donde la crianza del niño le pertenecía al padre y la madre… no al mesero o al policía o al cuco o a cualquier particular que le haya tocado la mala suerte de estar cerca en ese momento.

Los dejo con el siguiente letrero de un negocio, uno de muchos. Al final aclaran que es en broma… pero el mensaje como quiera está bastante claro.

6 comments

  1. Les tengo par de ejemplos que he visto que me han dejando con la boca abierta en asombro.
    En un restaurante he visto a un papa persiguiendo a un nene de como unos 3 o 4 años que se le esquivaba al padre metiendose debajo de las mesas de la gente que estaban comiendo en el local diciendole. “Mira sal de ahi que el señor te va a regañar”. 🤦‍♂️EN SERIO?? Tambien vi un nene como de la misma edad en un carrito de compra mandando a la mamá al mismo sitio donde vive el diablo. vulgarmente.
    Ese comportamiento no me pasaba ni por la mente a esa ni a ninguna edad. Se llama enseñar a respetar y obedecer. Me da miedo pensar como van a ser esos muchachos como adultos.

  2. Gracias por tus comentarios, Alex. Lo cierto es que vemos esto a diario. Cosas que como dices, ni se nos hubiera ocurrido a ninguna edad. El concepto de la disciplina se ha ido al suelo, y por eso hay tanto delincuente en la calle. Antes si la maestra te llamaba la atención en la escuela, cuenta y jura que tus padres te iban a regañar encima de eso. Hoy en día van a la escuela en busca de la maestra para decirle dos o tres. Antes los menores trataban de “usted” a los mayores. Ahora los “tutean” como le da gusto y gana.

  3. Algo que he leído y creo ser cierto es que la crianza de hoy se diferencia de la de ayer en cuanto al enfoque que se le da al lugar que ocupa el niño en la vida de sus padres. Antes, venían los niños y la vida de los adultos continuaba más o menos igual. Los niños tenían que adaptarse a la dinámica de la familia. Ahora, la vida de los padres se torna ”niño-céntrica” casi desde el primer sonograma.

    Leemos todos los libros y blogs. Llenamos nuestras casas de aparatos que prometen estimular, tranquilizar, entretener, dormir etc.., al bebé para luego ser reemplazados por 20,000 juguetes educativos y un sin número de “súper foods”, vitaminas y polvos mágicos para que crezcan sanos y fuertes. Los llevamos a un sinnúmero de actividades y clases para fomentar su desarrollo y asegurarnos de que estén listos para la escuela… Y esto es sólo una parte de lo que se espera de los padres hoy en día.

    Está bien establecido en la psicología infantil que es necesario atender a todas las necesidades del bebé para crear lazos afectivos fuertes. El problema viene cuando, una vez ya establecidos estos lazos afectivos, una vez ya el niño se siente seguro y con un buen concepto de autoestima, se sigue tratando al niño como el centro de todo. Pienso que es importante hacerles entender desde temprana edad que ellos viven dentro de un núcleo familiar y que cada persona que lo compone tiene sus propias necesidades y deseos. El niño por naturaleza es egocéntrico y es nuestro deber como padres contrarrestar esa conducta. Que aprendan a esperar, a tolerar y a aburrirse.
    Confieso que es mucho más fácil darle al niño lo que quiere cuando lo quiere y que muchas veces así lo he hecho. Pero, cuando veo esos niños berrinchudos correteando por los restaurantes ( incluyendo a los míos) me doy cuenta de que lo que es una solución a corto plazo está creando un problema mucho mayor.
    Hay que buscar ese esquivo balance entre ser dedicados y enfocados en nuestros hijos y a la vez establecer claros límites y disciplina.

    Nuestro actual niñocentrismo comete el error de hacerle creer a nuestros hijos que son el centro del universo, que todo gira en torno a ellos, en vez de enseñarles que son sólo un cuerpo celeste más entre muchos otros y que a ellos les corresponde adaptarse a las leyes del cosmos.

  4. ¡Excelentes comentarios, Angela! Se nota que no solo tienes hijos, sino que también tienes cierta preparación en esta área. Estoy totalmente de acuerdo con el concepto del “niño-centrismo.” En mi opinión, no hay nada de malo con hacer al niño el centro de atención en sus primeros años de vida. Dependen totalmente de sus padres, y necesitan todo el amor, cariño, atención, y cuido que uno les pueda dar. Sin embargo, y como bien dices, el no enseñar al niño correctamente en las diferentes etapas de su crianza, y el mantener ese “niño-centrismo” de manera permanente durante la crianza, lo que hace es crear futuros adultos con esos mismos rasgos, donde entienden que son el centro del universo y todo gira alrededor de ellos. Conozco personas así.
    Inclusive, he conocido personas extremadamente pudientes que dicen cosas como “Yo no tenía nada cuando me crié. Así que a mi hij@ no le va a faltar nada.” Pero esto lo llevan a un extremo al cual irónicamente a su hij@ sí le falta algo… la humildad y la decencia humana.
    El criar hijos requiere un buen balance. Nadie nos da un manual de instrucciones cuando comenzamos a tener hijos, y muchas veces tenemos que sacarnos las cosas “de la manga.” Pero como todo… el mantener la mente abierta a sugerencias, nuevas ideas, y el siempre estar dispuesto a pasar trabajo… normalmente es suficiente para obtener buenos resultados.
    Gracias por tus muy buenos comentarios.

  5. Como Padre trato de ser consciente que hay sitios y hay sitios. Aun en sitios familiares como Chilis está la barra y está el comedor. Muchos padres se rehusan a entender y respetar que hay un area para todos…

    Vas a la barra y ahi estan los niños trepandose en el “stool”, y siendo niños lo cual No va con la barra.

    Estoy de acuerdo en que los restaurantes impongan estas reglas y aun como padre díganme cuales son para ir alla cuando tenga babysitter hahaha.

    Por otro lado hay sitios como
    Kona que han creado un mercado alrededor de las familias que hasta le hacen un osito de naranja , crayolas ademas de crear diferentes areas para niños y adultos. Esto tambien es bueno!

  6. Saludos Danitwain, y gracias por tus comentarios. Traes un buen punto en decir que “hay sitios y hay sitios.” Sentido común, uno pensaría, para todo el mundo. Pero lamentablemente no es así. Ese sentido común le falta a algunos padres que insisten en tener a sus hijos en sitios y situaciones donde no deben estar. Si encima de eso son mal portados, se crea un desastre de situación y todo el mundo pierde. El negocio, los otros clientes, y hasta los padres de los niños mal situados. Claro, para liberar energías y cansar a los niños, existen sitios como el “playground” de Mall of San Juan, donde sueltan a los niños y estos corren hasta más no poder. Lo que mencionas de Kona también es muy bueno. Hacen un esfuerzo para acomodar familias con niños. Con todo y eso, el elemento de bien portado todavía es necesario. Dudo la empleomanía de Kona se sentiría muy cómoda teniendo varios “terrorcitos” haciendo es cante en el restaurante.

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