Cultura: Lo Bueno, Lo Malo, y Lo Feo

Esta mañana Jack, mi amigo norteamericano, vino a despedirse.  He escrito varios artículos sobre Jack en la sección de Cultura.com, donde le estaba enseñando cosas acerca de nuestra cultura.

Yo: “¿Por qué te vas, Jack?”

Jack: “Es que ya he visto lo que iba a ver, y creo finalmente entender algo bien engranado en la cultura puertorriqueña.”

Yo: “¿Y qué es?”

Jack: “Es la predisposición a privarle los derechos a los demás.”

Yo: (sorprendido) “Pero… ¿cómo va a ser, Jack?”

Con eso, hubo un apretón de manos, me dio las gracias por las lecciones que le había dado, y se marchó.  De más está decir que me quedé pensando en lo que me había dicho, y mientras más lo pensaba, más sentido me hacía.

Puerto Rico, aparte de los aspectos bellos de su cultura y su gente, definitivamente tiene costumbres que tienen algo en común: Privarle el derecho a los demás.  Hagamos un recuento de los temas cubiertos en los artículos anteriores.

El doble “parking” (y otras costumbres vehiculares) – Cuando una persona te “bloquea” el carro con el suyo y se desaparece, obligando que lo vayas a buscar para sacar el carro, te está violando tus derechos de salir cuando necesites.

Los cultos “religiosos” (religiosos entre comillas a propósito) – Cuando en la calle de una urbanización te ponen unas bocinas de mil megavatios, y hacen un culto con “grita’era” y cantos desafinados que se escuchan por varias cuadras y no te dejan estar en paz en tu propia casa, te están violando los derechos de tener paz y tranquilidad en tu hogar.  Quien sabe el que trabaja un tercer turno, o está enfermo de los nervios… o trabaja desde la casa.

Los perros sueltos – Cuando un vecino suelta su perro para que use tu patio de inodoro, o lo deja ladrar si parar a las tantas de la noche, te está violando los derechos de tener una grama limpia, y también de tener paz y tranquilidad en tu propio hogar.

La basura en las playas (u otros sitios de disfrute público) – Cuando personas insensibles llenan las playas de basura, te están violando tus derechos de disfrutar de las mismas playas sin estar tropezándote con la basura que dejan atrás.

Los carros con “tumba-cocos” – Cuando individuos forran sus carros de bocinas y van por la calle o un sitio público con “reggaetón” o bachata que se escucha en el próximo municipio, te están violando tus derechos de evitar la contaminación acústica que tanto daño hace, o de escuchar tu propia música a un volumen apropiado para un ser humano.

Los peatones “jaquetones” – Cuando individuos (casi siempre chamaquitos) cruzan frente a tu carro con una lentitud exagerada y desafiante, te están violando tus derechos de manejar en vías de rodaje que se hicieron para carros, no para idiotas.

Caravanas políticas (con escolta policiaca) – Cuando caravanas políticas bloquean vías principales de transito con el alboroto, los “4-tracks”, y la “chilla’era” de goma, te están violando los derechos de transitar por las vías de rodaje.  El que tenga una emergencia médica se lo llevó quien lo trajo (sin escolta).

El problema, amigos, es que primero no hay leyes en contra de muchas de estas prácticas.  Segundo que aunque las hubiese, jamás habría quien hiciera cumplir la ley, porque por eso nos distinguimos.

Cabe mencionar que nadie… NADIE… que practica nada de lo arriba mencionado, se atreve a hacer algo semejante cuando viajan al exterior, particularmente en Estados Unidos.  Lo cual encuentro como la ironía más frustrante y cómica a la misma vez.

Espero que Jack nos visite en un futuro, aunque sea para darnos un par de “frías”, comernos unos bacalaítos, y escuchar un poco de “salsa gorda.”