En otros artículos escribo sobre nuestra fascinación con los famosos “slogans.” En mi opinión, uno de los más dañinos en nuestra historia es “Puerto Rico lo hace mejor.” ¿En serio? ¿Es por eso que estamos como estamos? Si Puerto Rico verdaderamente lo hiciera mejor, nuestra isla estaría en mucho mejor estado de lo que está. Darse golpes en el pecho raramente sirve de algo, excepto la complacencia. El sentido que no tenemos nada que mejorar es lo más peligroso, deprimente, y falso que hay. Esto aplica a todo en la vida. Trabajos, estudios, todo. La frase en inglés, “continuous improvement”, tuvo y tiene mucha importancia en la industria. Es la necesidad de seguir tratando de mejorar continuamente, una mentalidad saludable para aplicar en todos los aspectos de la vida.
Así que habiendo destrozado el mito de que “Puerto Rico lo hace mejor”, vamos a hablar sobre lo que podemos hacer para mejorar nuestra islita, que tanto queremos. Vamos a hablar de algo que es prohibido en exámenes escolares… copiarse. Copiarse… palabra “taboo.” Copiarse es malo. Lo mío es mejor. Excepto que no siempre lo es. Aquel que ha viajado a otros países y culturas, ha tenido la ventaja de ver y experimentar sistemas superiores a los de nosotros en muchas áreas y aspectos. Sistemas de transportación publica, sistemas de salud, sistemas educativos, estructuras gubernamentales, infraestructura, y tantas y tantas áreas que de listarlas no terminaríamos. Yo lo veo como oportunidades increíbles. ¿Qué tiene de malo ir a Inglaterra a ver como bregan con su sistema de salud? ¿Qué tiene de malo ir a España a ver su sistema de transportación publica? ¿A Japón a ver su sistema educativo?
De hecho, el mismo consejo se lo daría a Estados Unidos, quienes no tienen un monopolio en los mejores sistemas. Pero por lo menos nunca han tenido un “slogan” que diga que “Los Estados Unidos lo hacen mejor.” Como mencioné en otra discusión, hay que pensar “out of the box”, fuera del cajón. Hay que quitarse las gríngolas y reinventarse. Talento tenemos. Recursos humanos tenemos. Es cuestión de cambiar nuestra mentalidad y aceptar que algunas veces para mejorar tenemos que mirar hacia los lados. A veces es como mejor se aprende.
Leyendo los escritos de esta excelente página, me encuentro con este artículo. Comparto totalmente la opinión del autor. Pienso que en Puerto Rico hay de todo, excepto verdadera voluntad para el cambio. Una pregunta que nos debemos hacer, muy seriamente y sin apasionamientos es, Donde vemos a Puerto Rico en el 2040?. Las generaciones de los 70 y los 80, fueron las responsables en llevarnos al mal lugar en donde estamos. Y fíjense que digo “mal lugar” o “mal estado”. Porque, para que ocurra un cambio o mejoremos, tenemos que admitir que las cosas no están bien. Y es lo primero que muchos no desean. Por eso los slogans de afirmación positiva como el de Puerto Rico lo hace mejor. Recuerdan el “Yo no me quito”? El orgullo lleva muchos a asumir la postura de los tres minutos. Esa figura en la cual hay uno con los ojos tapados, otro con la boca tapada. Y el otro con los oídos tapados. Las generaciones de los 90 o los millenials han heredado el problema. Algunos de ellos tienen la inteligencia y la voluntad para el cambio, pero, y esta es sólo mi opinión, pertenecen a una generación que quieren las cosas “Ahora!”. El cambio que queremos para PR va a tomar tiempo. La “obra” que ha tomado varías generaciones va a tomar unas cuantas más. Ahora bien, la otra pregunta es, Donde está el plan? Esa es la pregunta que nadie contesta. Porque no solo se trata de tener un deseo. No tenemos un genio con una botella. Se trata de tener un plan de País, estructurado, con fechas. Con el compromiso de todos para alcanzar las metas establecidas. Salud, Seguridad, Educación, Desarollo Económico y Sustentable basado en la realidad global y no en fantasías tributarias. Infraestructura. Responsabilidad con el ambiente sin fanatismos ni Ciencia Ficción. Opino que no debemos esperar que los políticos nos presenten soluciones, porque cuidado que no hemos aprendido de esa experiencia. Como bien dice el artículo de nuestro amigo Rey, existen muchos ejemplos de cosas que funcionan y que podemos aplicar en PR. No debemos olvidar que la sociedad moderna que queremos requiere esfuerzo, trabajo y disciplina. Fíjense en lugares como Singapore o Taiwán. Ambos representan modelos que podríamos imitar en Puerto Rico. Quienes desean trabajar en este proyecto de cambio, que no necesariamente será para algunos de nosotros, pero ciertamente para nuestros hijos o nietos. Yo por mi parte, me apunto.
¡Gracias por unos muy buenos y acertados comentarios, Justin! Este es el tipo de intercambio que me gustaría generar en este blog, el cual sigue representando un humilde intento de fomentar discusiones sobre Puerto Rico en un foro público y accesible. Para empezar, estoy de acuerdo totalmente con la pregunta de ¿Cuál es el plan? En la industria privada, que en muchas formas pudiera servir como modelo a imitar para correr un gobierno, siempre existe “el plan.” Es la única forma en la cual el mejoramiento y el progreso se llevan a cabo. Hay que sentarse y definir un buen plan… y después es “manos a la obra” para lograr que dicho plan se cumpla. La industria privada no tiene el yugo que tiene la política donde cada cuatro años el partido contrario desborona los planes del gobierno anterior y nos encontramos empezando de nuevo.
Otro factor crítico, el cual también mencionas, es la necesidad de que para implementar cambios primero tenemos que admitir que las cosas no están bien. Yo lo comparo con una organización como Alcohólicos Anónimos. Todo el mundo sabe que lo primero que la persona tiene que hacer antes de que pueda proceder ningún tipo de tratamiento es ¿qué? Que la persona se pare frente al grupo, diga su nombre, y admita que es un alcohólico. Sin eso nada puede proceder. Por lo tanto, el primer paso para enrollarse las mangas y ponerse a trabajar para mejorar el estado de las cosas en Puerto Rico es…. Admitir que tenemos problemas serios y que no estamos en buen estado como país.
Una vez más, gracias por tus tremendos comentarios, Justin. Yo también me apunto, y ya somos dos.