Me alegra cuando hablo con jóvenes con visión sobre el futuro de la isla en estos tiempos. Temas como la reinvención, innovaciones para el futuro, el deseo de echar la isla hacia delante… todo agradable de escuchar.
Como todo país y sociedad, el futuro depende de las generaciones que están subiendo ahora. Ellos crearán las políticas, las tecnologías, y los medios para que nuestro entorno mejore en todos los aspectos importantes.
Ahora… seguimos con algunos de los mismos problemas que han existido por largas décadas… y hago un llamado a estos mismos jóvenes a encontrar una solución al respecto.
¿De qué vale salir a la calle y ver negocios modernos y eficientes, cuando las mismas calles siguen estando llena de la basura de siempre? ¿De qué vale el ver cascos urbanos renovados y útiles, cuando no hay suficientes zafacones, o si los hay… no son utilizados de una forma correcta?
¿De qué vale establecer compañías de turismo interno, cuando en los campos la gente sigue creando vertederos clandestinos? ¿De qué vale modernizar nuestras playas, cuando la gente sigue dejando las mismas llenas de basura descaradamente?
Jóvenes… Puerto Rico lleva largas décadas intentando métodos fallidos para resolver este problema que, francamente… cada día se convierte en una vergüenza nacional frente a visitantes de otros lugares que quedan asombrados con nuestro maltrato del medio ambiente.
Primero, las campañas inútiles y ridículas, como “Pítale a la basura.” Bien intencionado… increíblemente ineficiente. Y como ese “slogan” ha habido muchos. Todavía hay gente que cree que con crear una frasecita “cute,” la gente va a crear consciencia.
Segundo, leyes flojas, y peores prácticas de obligar el cumplimiento de las mismas. Los pocos letreros hablando de multas por arrojar basura son un chiste. Para eso quitarlos.
Pero el problema principal es este:
Generaciones criando generaciones con una crasa falta de consciencia y el “Que se chaven los demás. Primero yo, segundo yo, tercero yo.” Puercos desconsiderados criando generaciones de puerquitos desconsiderados e irrespetuosos.
Un lamentable ciclo vicioso.
¿Cómo romper ese ciclo? Ese es el reto mayor que tienen ustedes… porque francamente personas como yo, quienes ya tuvimos nuestra juventud… nos hemos “reventado” quejándonos de esto hasta la saciedad.
Mi opinión: Los que hablan de educación en la casa para crear consciencia creo que “se les fue la guagua.” Cambiar una mentalidad engranada en una sociedad toma décadas. Para arreglar el problema de manera rápida, hace falta la fuerza, el único idioma que alguna gente entiende.
¿Por qué yo no les recojo la basura en la playa a otros? Porque con eso los estoy acostumbrando a seguir tirando basura, recostándose de los que vienen detrás con sus bien intencionadas campañas de recoger basura.
Cámaras, monitoreo, multas de miles de dólares… ese es el lenguaje que en mi opinión hace falta hoy en día. El que no aprendió a la buena en su casa, que aprenda a la mala en la calle.
Los gobiernos deben hacer su parte. Mantener las áreas verdes de las vías públicas podadas. Es más fácil tirar una lata en un pastizal al conducir por una carretera, que tirarlo en una área verde recortadita.
Pudiera seguir… pero por consideraciones de espacio y tiempo lo dejo aquí.
Ese es el reto, jóvenes. Mucho éxito en lograrlo.
Un último consejo, y esto va para jóvenes y “no tan jóvenes.” Vamos a concentrarnos en mejorar ciertas condiciones de vida en Puerto Rico… y luego podemos vestirnos de la bandera, y gritar que somos boricuas para que todo el mundo lo sepa.