En un artículo previo en mi blog, titulado “Rehenes”, toqué el tema de la caracterización de muchos de los votantes en Puerto Rico. Para abundar aquí, ¿de qué vale tener una alta participación en las elecciones, cuando un porcentaje significativo de los votantes carecen de los criterios necesarios para tomar decisiones informadas? Tema controversial, lo sé… pero una realidad, y tema que estaré tocando en otros artículos también.
Por ahora sin embargo, quiero hablar de un factor que en mi opinión tiene mucho que ver con lo arriba mencionado.
Prenda el televisor en un canal local por la mañana, y manténgalo prendido durante el día. ¿Qué va a ver? Aparte de los noticieros, va a ver una cadena de novelas, programas de chismes, y el esencial programa del mediodía. Para el que quiere “vegetar” sin utilizar ninguna de las neuronas de su cerebro, es la programación perfecta. Si se dijera que uno siempre tiene la potestad de cambiar el canal o simplemente apagar el televisor, fuera una cosa. Pero todo aquel que ha tenido que esperar en una oficina médica, en horas de la mañana o a mediodía, sabe que no hay escapatoria de esta programación. Quizás las oficinas médicas, para aquietar aquellos que pudieran ponerse inquietos por la larga espera, estratégicamente ponen esta programación para “abobar” a los pacientes mientras esperan. Un tipo de “bobo” para pacientes adultos.
Entiendo que las novelas son parte tradicional y eterna de entretenimiento para much@s. Entiendo que programas simulando casos de corte son entretenidos por las absurdidades que presentan. Entiendo que dentro de la gritería de personajes ridículos y el poner a los mismos políticos a pelear mientras suena la misma pista de risa una y otra vez, hay algún tipo de entretenimiento para aquel que quiere poner su cerebro en “Pausa.” Personalmente, ninguna de esta programación me gusta. Hay una frase que dice: “No es lo mucho, es lo seguidito.” Bueno, en este caso son las dos cosas.
No quiero pecar de insinuar que esto es algo solamente de nosotros los puertorriqueños. He visto programas de otros países latinos que son igual o peores. Pon un programa con un grupo de mujeres en trajes pegados, y qué importa la calidad de la programación.
Tampoco es que uno tenga que estar pegado al “Discovery Channel” o al “Science Channel” todo el tiempo. También hay otros pasatiempos, como leer (bueno… periódicos faranduleros no cuentan), actividad física, pasear, y otros.
Entiendo (y espero) que mientras las generaciones siguen subiendo, habrá un cambio gradual en cuanto a la programación televisiva en Puerto Rico. Después de todo, el mercadeo tiene como misión el identificar los gustos de la población que ve televisión, y a la medida que la juventud vaya desinteresándose o rechazando este tipo de programación actual, las redes tendrán que hacer cambios.
Mientras tanto, aquel que desee obtener una lobotomía gratis, y sin tener que pasar por el proceso quirúrgico, solo tiene que ver diariamente todos los programas mencionados anteriormente, todos los días. Y el día de las elecciones, solo necesita que alguien le ayude a identificar los símbolos que representan cada partido, y poner la “X” en la que más le guste. No hace falta ni leer ni escribir.
Me pregunto si la decisión de volver a traer el programa de La Comay al aire fue tomada con los intereses de los televidentes jóvenes en mente… estaré yo bien desconectada de la juventud pero no me parece que esa programación represente los intereses de esa audiencia.
No creo que estés tan desconectada como piensas, Vanessa. Quiero pensar que el grupo demográfico al cual le gusta ese programa es bastante definido, y me atrevería decir que a la juventud de hoy en día le interesan otras cosas que no sea el estar sentados viendo La Comay. Los cambios son lentos en venir, lo cual algunas veces es lamentable. Pero entiendo llegará el momento cuando programas como ese pasarán a la historia. Gracias por tus comentarios.
Recuerdo que además de los canales locales con sus novelas y programas de chismes había un canal (creo que el 6) que tenía una programación de carácter educativo. Me imagino que el equivalente al PBS de Estados Unidos. No sé si existe aún. También en esa época habían muchas comedias y dramas que, aunque no eran “Masterpiece Theater”, fomentaban el talento local. Luego vinieron los dichosos programas de la Señorita Laura y los ochenta jueces y ya no se veía casi programación original.
Sé que el factor económico tiene mucho que ver con la ausencia de producciones puertorriqueñas de calidad ya que talento tenemos. Pero, sin dinero para invertir en buenos libretistas, actores, escenarios, etc. estaremos destinados a conformarnos con el muppet chismoso hasta que vuelva a ofender a alguien con suficiente poder como para sacarlo.
El canal 6, WIPR-TV, todavía existe. Su programación sigue siendo una educativa y de calidad. El punto en realidad es la cantidad de televidentes que regularmente ven esta programación. Intenté buscar estadísticas en cuanto a esto, pero suficiente con decir que los “ratings” o “shares”, dos medidas utilizadas para medir el porcentaje de televidentes, de canales como WAPA-TV, Telemundo, y Univisión, dejan atrás al Canal 6 por la clásica milla. Si uno busca la lista de los programas más populares en la televisión, se da cuenta que lo menos que tienen es que sean de carácter educativo. Aunque en cierta parte estoy de acuerdo contigo en cuanto al factor económico el cual es necesario para atraer talento, por otra parte sigo pensando que el factor principal es el de mercadeo. Lamentablemente, cuando hacen encuestas o estudian las preferencias de “las masas”, los programas preferidos son aquellos que reducen la cantidad de neuronas en el cerebro. Gracias de nuevo por tus comentarios, Ángela.