En parte me alegro que ya la fiebre de hace unos años del “¡Yo Soy Boricua… Pa’ Que Tu Lo Sepas!” haya mermado hasta cierto punto. Había poco que me enfureciera tanto como ver individuos cuyo comportamiento me daba vergüenza ajena, llenándose de “patriotismo” falso.
Mientras estuvimos encerrados por la pandemia, las playas se mantuvieron limpias, no había conductores comiéndose las luces rojas o bloqueándote el carro con “doble parking,” y los “tumba-cocos” no se escuchaban alborotando y quitándole la paz al público en general. En fin… las cosas dizque “culturales” que muchos aplauden con un “ay bendito” no podían ocurrir, por el toque de queda.
Pero ya le abrieron la jaula a muchos, y las malas costumbres han regresado en grande.
Olvídense de los mensajes de reflexión en Facebook poetizando sobre como ahora vamos a respetar más los valores humanos y blah, blah, blah. Le he cogido cierta antipatía a los mensajes de reflexión, en los cuales pretendemos amar a nuestra bella isla… “…y aquí pongo la bandera y enseño playas a la vez que susurro un lindo mensaje.” ¡Bah!
Hay un refrán en ingles que traducido literalmente al español dice: “Un leopardo no puede cambiar sus manchas.” Lo más cerca que encuentro en refranes comunes aquí es: “La mona, aunque se vista de seda, mona se queda.” O sea, aquellos que por generaciones han aprendido a ensuciar el medio ambiente, a violarles los derechos a los demás en la carretera o en donde sea… ¿van a cambiar porque estamos atravesando una pandemia, evento único en más de un siglo? Eh… no creo.
Comencé este “blog” hace año y medio atrás para hacer críticas sociales necesarias, y este sigue siendo mi norte. He escrito sobre docenas de temas, como la política en Estados Unidos, los deportes, la música, noticias del momento. Pero lo que me sigue apasionando es la crítica social que tanto necesitamos.
A los que me conocen, siempre he dicho que soy el primero en salir a la defensa de Puerto Rico cuando un extranjero viene y de mala gana le tira a mi isla. Pero por otra parte también soy de los críticos más severos sobre las malas costumbres que siempre he visto aquí.
Lo hago con toda autoridad porque soy puertorriqueño… vivo aquí… soy un ente productivo en la sociedad… he viajado y puedo comparar cómo se hacen las cosas en otros lugares… y (a quien le caiga el sayo) porque yo SI soy boricua, pa’ que TU lo sepas.
Me molesta cómo no podemos hacer algo tan sencillo como cuidar de nuestro medio ambiente. Pero más me molesta cuando estos mismos individuos se dan golpes en el pecho con su falso “patriotismo.”
Por favor… “A Juan con esa…”
Seguiré lloviendo sobre lo mojado. Los comportamientos se aprenden y se pasan de generación en generación. A aquellos padres que están criando ahora: Enseñen buenos valores humanos a sus hijos. Enséñenlos a no tirar basura en la calle o en la playa. Enséñenlos a respetar las leyes de tránsito. Enséñenlos que forrar su carro con bocinas de un millón de megavatios para obligar a media humanidad a escuchar su música es una falta de respeto y de consideración.
Enseñe a sus hijos que si tienen mascota, que no la suelten para que haga sus necesidades en el patio del vecino. Enséñenlos a respetar a las personas mayores. Enséñenlos a respetar a personas con autoridad. Enséñenlos a que ser buen puertorriqueño no es vestirse de la bandera y gritarlo a los cuatro vientos… sino ser una persona con principios y moralidad ejemplar.
Pero sobre todo, enséñenle a sus hijos a buscar de Dios, y orar siempre por sabiduría y aquellas cualidades humanas que tanto hacen falta en el mundo de hoy.
Muy bien expuesto el punto. Enseñar y educar sobre los valores humanos y sociales a la generación que se está forjando ahora, es responsabilidad de todos. El respeto a los demás, amar a Dios, al prójimo, al medio ambiente, y a si mismo.
Yo soy bóricua…y como expone Ruben Blades , “ cual es el significado del la palabra Patria?”
SON TANTAS COSAS BELLAS…
vivo en una hermosa isla y mi deseo para mi y los demás que la habitamos es que la cuidemos porque es un regalo de Dios…..
Gracias por tu bonito y certero comentario, Lillian. Aquellos que tenemos conciencia social quisiéramos pensar que la gran mayoría están enseñando a sus hijos estos valores humanos y sociales que mencionas. Y quizás ese es el caso. Pero no puedo evitar pensar que el peso de los que no lo hacen tiende a inclinar la balanza hacia el otro lado. Mencionaste la canción de Rubén Blades. Un artista que, aunque no puertorriqueño de nacimiento, muy querido por todos nosotros. Y un artista quien a diferencia de algunos artistas contemporáneos, compuso música con buenos mensajes y valores sociales. (Mmm… idea para otro “blog.”)
Hacemos falta más personas como nosotros para seguir “machacando” el mensaje y quizás poner nuestro granito de arena en las generaciones que vienen subiendo.