¡Sí! ¡Se Puede, Puerto Rico! Pero…

¡Sí!  ¡Se puede, Puerto Rico!  Hace falta mantener el positivismo en cuanto a nuestro futuro.  El problema es que tenemos “muchas de cal, y muchas de arena” también.  En lo positivo, tenemos los recursos naturales que nadie nos puede quitar, a pesar de los imbéciles que insisten en tratar la isla como un basurero.  Todavía publicaciones como el “New York Times” nos clasifica como el destino turístico número uno para viajar en 2019.

Positivo también es el auge en el sector de la agricultura, el cual ha cogido fuerzas después de los estragos de María.  Irónicamente, es un nuevo enfoque que quizás no hubiese ocurrido de no ser por el Huracán María.  Hay sectores relativamente nuevos, cuyo crecimiento y nuevo enfoque apuntan a la habilidad del puertorriqueño a adaptarse a los cambios.  Ejemplo: la industria aeroespacial.  ¿La merma en el sector de manufactura se ha intensificado debido a numerosos factores?  Pues levantemos el sector aeroespacial el cual, quizás en tamaño jamás sustituirá la manufactura que hemos perdido… pero es una industria que no depende de muchos factores de los cuales depende la manufactura.

Así que estamos respondiendo a la crisis que hemos estado viviendo… primero con la deuda fiscal multibillonaria del gobierno, y luego agravada por el paso del Huracán María… emprendiendo en diferentes áreas en un esfuerzo para levantar el país.

Pero por otro lado, tenemos un pequeño por ciento de la población como esta…

… cuya idea de diversión es “volvimos a burlarnos del sistema”, una cita directa del artículo reciente sobre las manadas de “four tracks” que se dedican a jugar al gato y el ratón con las autoridades porque, como bien dice uno de ellos (el líder supongo), “la juventud lo que necesita es diversión y entretenimiento.”  La misma mentalidad necia que supongo tienen los que trataron la Playa Buyé como su vertedero personal no hace mucho.  Diría que por qué estos retrasados no se van a otro lugar a hacer sus idioteces, pero quizás sería peor, porque estarían exportando la clase de imagen que definitivamente no necesitamos aumentar fuera de Puerto Rico.

Encima de los trogloditas que siguen empañando la imagen del país y haciendo todo lo posible para retrasar la recuperación de nuestra isla y su bienestar, está el gobierno para completar.

Mi más reciente artículo fue sobre el letrero caído en la Baldorioty que va para dos años tirado ahí, como si se fuera a convertir en un monumento público a la vista de cuanto visitante se dirige al Condado y el Viejo San Juan, y el grafiti en la misma vía de rodaje que completa el panorama de país tercer-mundista.  El gobierno no hace nada sobre esto, pero tampoco hace nada para promover la apertura de las atracciones turísticas que tanto necesitamos en estos tiempos, tanto para nuestro propio orgullo y entretenimiento, como para los visitantes que leen el “New York Times.”  Casi dos años después de María, y todavía la lista de atracciones turísticas cerradas es inconcebiblemente larga.

Por más que el sector privado y los emprendedores de este país se esmeran en reconstruir a Puerto Rico, el gobierno sigue atándonos las manos con su ineptitud y corrupción.  Y al diablo con las partidos.  He escrito suficiente sobre eso en artículos anteriores.  Es una rueda de “hamsters” interminable, con el gobierno teniéndonos a todos como rehenes en nuestra propia isla sin poder hacer nada.

Aunque todas las generaciones tenemos algo que aportar y las ganas para hacerlo, son las generaciones que vienen subiendo las que son claves para sacarnos del hoyo donde nos encontramos.  Un proceso que tardará años quizás, pero se puede, y se tiene que hacer.  Lamentablemente, encuestas muestran una falta de positivismo en muchos de estos jóvenes.  Nosotros los “baby boomers” tenemos que seguir dando el ejemplo a seguir.

Hay que actuar, y es ¡ahora!