Cuando trabajaba en la industria privada, una frase que utilizábamos mucho era, “No me traigas solo el problema. Tráeme soluciones.” Entiendo que era, y es una frase útil. Todos somos buenos identificando problemas. Pero con identificar problemas sin traer soluciones, estamos dejando las cosas a mitad de camino. He escrito varios artículos mencionando diferentes problemas que tenemos en la isla y en nuestra cultura. Así que solo es justo si también escribo algo sobre posibles soluciones a esos problemas.
En mi primer artículo de Soluciones, escribí sobre el estatus de Puerto Rico y como este se debe atender de inmediato, con seriedad, y en paralelo con otros esfuerzos dirigidos a los asuntos de importancia en el país, como son el crimen, educación, salud, la economía, y otros. Escribí que idealmente debe ser un proceso apolítico, lo cual como bien mencionó una lectora en un comentario, es un poco cuesta arriba. Como también menciona dicha lectora, el total envolvimiento de los Estados Unidos en un futuro plebiscito es completamente necesario.
Pero ahora hablemos un poco sobre la estructura política de Puerto Rico. En mi previo artículo, “Política”, mencioné el hecho de que los dos partidos principales que se han alternado el poder durante largas décadas, han dejado de ser útiles y al contrario, en la actualidad son un detrimento para el país. El PNP y el PPD solo sirven de escudo para esconder la mediocridad, ineptitud y corrupción. Mientras cada partido represente un estatus para la isla, lo demás pasa a un segundo plano.
En el 2016 hubo una señal alentadora cuando la candidata independiente para la gobernación, Alexandra Lúgaro, obtuvo sobre un 11 por ciento de los votos. El otro candidato independiente, Manuel Cidre, obtuvo un 5.7 por ciento. Ojalá esto sea precursor a un cambio permanente en las elecciones del país. Ya es tiempo que la estructura arcaica del PNP y el PPD se desborone, y a su vez tengamos candidatos quienes, aparte de sus preferencias personales de estatus, se dediquen de lleno a buscarle soluciones a los problemas apremiantes del país.
¿Cómo seguimos este patrón en elecciones subsiguientes? Apoyando candidatos independientes que tengan una buena visión en cuanto a la dirección del país. Que estos candidatos hablen de los asuntos que nos incumben como pueblo. Que no se rebajen a la tira’era que caracteriza las campañas políticas entre el azul y el rojo. Que participen en debates donde el pueblo vea la calidad de candidato que tienen al frente. Algo importante… evitar dividir esfuerzos que a la larga favorecen a los azules y los rojos. Ejemplo, entre Lúgaro y Cidre se dividieron el 17 por ciento de los votos. Hubiera sido más impresionante que uno de ellos hubiese sacado el 17 por ciento. Hay que dar el mensaje claro a los políticos que queremos un cambio radical en la política y la dirección del pueblo. Estén o no estén de acuerdo con las políticas y los métodos del Presidente Trump, lo cierto es que los votantes de Estados Unidos enviaron un mensaje claro a los partidos políticos en el 2016. Había un descontento general, y este se hizo sentir.
Volviendo a Puerto Rico, los votantes tenemos que dar un mensaje similar. Basta del sube-y-baja del azul y el rojo cada cuatro años, viendo la misma película una y otra vez… todo con el escudo del estatus que representa cada uno. Quizás la solución es simplemente el “flushing” (enjuague) natural que puede estar ocurriendo mientras las generaciones anteriores de “fuego popular” y aferramiento ciego a un color están siendo lentamente sustituidas por una juventud que no tiene razón para tener esos aferramientos dañinos. Lamentablemente, será un proceso lento cuyos resultados quizás no den fruto hasta un par de generaciones más.
Bueno, lo dejo aquí para no hacer muy largo el artículo. Seguiremos con las Soluciones para Mejorar (o Rescatar) a Puerto Rico.