La idea original de este articulo era la de criticar los cambios (a veces innecesarios, frívolos, y siempre costosos) de los nombres de las calles en Puerto Rico.
En ocasiones, nombres antiguos, establecidos, bonitos, sencillos… son cambiados caprichosamente por nombres más largos, difíciles de aprender… y siempre innecesarios.
Se gasta tiempo, dinero (de los que pagamos impuestos), y energía en quehaceres que a la larga tienen “Prioridad Cero” en comparación con los problemas reales de los Municipios.
Pero comencé diciendo que esa era la idea original…
Buscando en Internet me di cuenta que existe un problema de calles sin nombre en Puerto Rico. El siguiente artículo tiene más de dos años, pero asumo que sigue siendo un problema.
O SEA… que por un lado tenemos el problema real de calles sin nombre en Puerto Rico (¡en el siglo XXI !)… y por otro lado tenemos la situación de cambios frívolos de nombres de calles.
Mmm… entiendo.
El mencionado artículo detalla los problemas graves que crea el tener calles sin nombre en Puerto Rico. Ahora menciono las inconveniencias que causan los cambios frívolos de nombres de calles en la isla.
- Cambios en mapas, documentación de negocios, letreros, etc.
- Gastos innecesarios en procedimientos legales, municipales, etc.
- Gastos innecesarios en letreros nuevos, etc.
- Confusiones en el correo.
- Confusiones en la población general, acostumbrada a los nombres establecidos.
¡Lo que está funcionando se deja tranquilo!
¿Quieren homenajear a un prócer, un exgobernador, alguien famoso? ¡Háganle una placa, una estatua! Nombren un parquecito en su honor. Escojan una calle que NO TIENE NOMBRE. Pero por favor… dejen las calles con nombres tranquilas.
Ejemplo… la Avenida Campo Rico y la Avenida Monserrate en Carolina. Nombres bonitos, sencillos, y establecidos desde siempre. Ahora son las Avenidas Roberto Sánchez Vilella, y el Paseo de los Gigantes. El primero un exgobernador… el segundo un capricho. Los que nos criamos en esa área seguimos usando los nombres verdaderos.
Pero nada… estoy acostumbrado a una cultura con prioridades distorsionadas. El que pinta solo la fachada de la casa, mientras el pasto del patio de atrás tiene 6 pies de alto. Los Municipios que ponen estatuas o letras grandes en sus entradas… mientras las calles, alcantarillados, y servicios básicos sufren de falta de fondos para arreglarlos.
“Capota y pintura.”